Grupos de relación y cadena de valor

En el ecosistema de la responsabilidad social empresarial (RSE), los grupos de relación o stakeholders son un actor fundamental. Sin ellos, de hecho, ésta no se comprendería, ya que una gran parte de esa cultura de negocios surge a partir de tomar en cuenta las necesidades y expectativas de esos grupos.

Uno de esos grupos es el que integran las compañías que forman la cadena de valor de cada empresa, que pueden ser sus proveedores, distribuidores o subcontratistas. Además de ser un stakeholder al que las empresas socialmente responsables (ESR) deben atender, cada una de esas entidades económicas afecta, de manera positiva o negativa, la imagen y la reputación de la compañía a la que está vinculada.

En ese sentido, una ESR está obligada a preocuparse por el comportamiento de toda su cadena de valor, y si está social y ambientalmente comprometida, deberá definir estrategias para permea sus criterios y lineamientos de responsabilidad social hacia sus proveedores, distribuidores y subcontratistas, empezando por sensibilizarlos y estableciendo programas de acompañamiento, buscando desarrollar socios comerciales teniendo principios éticos y de corresponsabilidad social como la base de su relación.

Esto quiere decir que, a través de su cadena de valor, las empresas pueden ampliar su responsabilidad social y alcanzar un mayor impacto con el resto de sus grupos de relación, y con ellos mismos también. Contar con un programa de RSE que incluya a la cadena de valor hace la diferencia entre un impacto estrictamente local (sólo la empresa y sus públicos internos) y uno que alcance a la comunidad en la que se desenvuelve la compañía, y que puede extenderse hasta influir en toda la sociedad.

Existen diferentes instrumentos que han sido creados para fortalecer el desarrollo de la responsabilidad social en la cadena de valor en diferentes industrias y en los distintos giros comerciales. Entre ellos, podemos destacar el modelo desarrollado por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi),   que ofrece a las compañías grandes que cuentan con el Distintivo ESR®, un programa especial para promover la adopción e implementación de una cultura y una gestión de negocios socialmente responsable en las empresas que integran su cadena de valor, los cuales generalmente son micros, pequeñas y medianas.

El esquema permite a las empresas grandes invitar a un proveedor, distribuidor o subcontratista a participar en el proceso para obtener el Distintivo ESR®, en el mismo ejercicio que ésta, sin costo adicional para la empresa impulsora (la que invita) y exentando del pago de la cuota de inscripción a la empresa invitada para su proceso de postulación por el primer año. Es importante señalar que la ESR grande se compromete a apoyar y orientar a su invitada durante el procedimiento de adopción de la RSE y en todas las fases que implica buscar ostentar este sello.

De hecho, en estos días está abierta la convocatoria del Cemefi y AliaRSE para participar en el proceso de postulación para obtener el Distintivo ESR®, en 2022, para las empresas grandes, que son las que pueden patrocinar a las compañías de su cadena de valor para participar en el mismo ejercicio. Las inscripciones estarán abiertas hasta el 30 de noviembre. La información completa sobre el proceso y el programa de cadena de valor puede consultarse en la página electrónica www.cemefi.org/esr/.

Paradigmas de la Responsabilidad Social Empresarial

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un concepto muy amplio, que busca describir las acciones y esfuerzos que realiza una organización, con la finalidad de tener un impacto positivo en su entorno.

Durante los últimos años, la RSE se ha convertido en un tema mundial, el cual ha adquirido mucho auge, instalándose en la agenda de la mayoría de los gobiernos, de las empresas y de la sociedad civil.

Pero, ¿por qué la RSE ha adquirido tanta fuerza? El acceso que tenemos a una cantidad de información inimaginable ha derivado en que la ciudadanía sea más demandante y exija, a las empresas, comprometerse a devolver al planeta, un poco de lo que le quitamos diariamente con nuestras acciones.

Sin embargo, en ese camino de construcción de un desarrollo sostenible para todos, en diversas ocasiones se pierde de vista la importancia de adoptar la RSE, como una forma de gestión integral, en la cual, realmente se trabaje por perdurar a lo largo del tiempo, sin agotar los recursos a los que tienen derecho las siguientes generaciones.

Por ello, es de vital importancia entender que, la Responsabilidad Social Empresarial, hace referencia a situaciones donde la empresa se compromete y cumple acciones que favorecen el bien social, más allá de los intereses de la empresa y principalmente, más allá de la normatividad vigente.

Además, es necesario comprender que la RSE no es una acción filantrópica que realizan las grandes corporaciones para deducir impuestos, sino que se trata de una estrategia integral, cuyo objetivo principal es impactar positivamente a los diversos grupos de interés, desde los clientes y colaboradores, pasando por los gobiernos, los inversionistas y accionistas, los distribuidores y proveedores, hasta llegar a la competencia, la comunidad y las generaciones futuras, entendiendo que sólo construyendo una fuerte cadena de valor dentro de la empresa, se logrará ser rentable con el paso de los años.

Por otro lado, también es necesario eliminar el paradigma de que la RSE únicamente aborda los temas verdes y medioambientales, pues cuando una empresa realmente opera con un enfoque de Responsabilidad Social, buscarán marcar nuevos estándares para su industria y para el sector corporativo en general, dejando de lado las acciones aisladas con matices simplemente sociales o encaminadas a mejorar su reputación, y buscarán diseñar e implementar, una planeación estratégica que los beneficie en temas sociales, económicos y ambientales, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.

En resumen, es importante eliminar los paradigmas que dictan que la Responsabilidad Social Empresarial, únicamente es viable para empresas con grandes ventas, o que es sinónimo de marketing con causa; una moda pasajera o acciones que se reducen a filantropía. También será necesario eliminar las creencias que señalan que la RSE es un gasto para la empresa, que no es efectiva o que es muy costosa para las pequeñas y medianas empresas.

Por el contrario, con el objetivo de que siga tomando fuerza en el mundo, y cada vez más personas y empresas, de todos tamaños, la implementen como parte de su filosofía y su ADN, será necesario reforzar que la RSE sí es un sistema de gestión integral, que permite, a las empresas, implementar políticas y estrategias que contribuyan al fortalecimiento de su cadena de valor.

Finalmente, valdrá la pena recordar que la RSE permite evaluar los riesgos, oportunidades e impactos en temas sociales, económicos y ambientales, con cada uno de sus grupos de interés, con el objetivo de garantizar su rentabilidad a lo largo del tiempo.

El compromiso del sector empresarial con la sociedad en tiempos actuales

Es una estrategia empresarial que implica el compromiso de las empresas, a través de la aplicación sistemática de recursos, para respetar y promover los derechos de las personas, el crecimiento de la sociedad y el cuidado del medio ambiente. En este sentido, los esfuerzos se deben orientar en lo que las empresas pueden hacer, y no en lo que deben hacer. Se trata de oportunidades para generar acciones sociales y no de obligaciones. Este compromiso se traduce en acciones que buscan el beneficio de todos: accionistas, colaboradores, proveedores, distribuidores y la comunidad en su conjunto, alcanzando un mejor desempeño, sostenibilidad y optimización del entorno. 

Es importante el compromiso del sector empresarial con la sociedad no se trata de un comportamiento altruista realizado por la empresa; ni una herramienta de publicidad para mejorar su imagen. Se trata de una gestión en la que incorpora las preocupaciones de la comunidad como parte de su estrategia y asume el acuerdo de responder por sus acciones de manera transparente. 

 

El sector empresarial ante la sociedad en México 

Es importante la investigación y análisis sobre la RSE, además de intercambio auténtico y réplica efectiva de la experiencia exitosa de las empresas. Así también es necesario que por parte de los protagonistas de la RSE exista una mirada autocrítica para pregonar con acciones los que se dicen ser socialmente responsables. 

De la misma manera, la RSE en México se considera no sólo como donaciones filantrópicas, también como una estrategia de marketing o estrategia política y pero no como la estrategia importante para transformar a las empresas en agentes de cambio social. 

 

El compromiso del sector empresarial durante la pandemia 

En momentos como el que actualmente atravesamos, debido a la pandemia, las acciones que defina cada organización, pueden tener grandes impactos en la comunidad, y, sobre todo, ayudar a distinguir a las empresas socialmente responsables de aquellas que solo dicen serlo pero no lo demuestran cuando la situación lo requiere. 

Cuando cada organización sea capaz de definir cómo puede, a través de sus operaciones y su talento, aportar algo en esta etapa de la contingencia sanitaria, será cuando, verdaderamente, genere valor para su negocio, pues hará lo que realmente sabe hacer y, además, contribuirá al bien común. 

Una apuesta al futuro. ¿Qué consecuencias podríamos evitar con acciones responsables como organización e individuos?

El desarrollo de una sociedad depende de las acciones que los ciudadanos realizan día con día; sin embargo, no todos los actos que llevamos a cabo generan un impacto inmediato, pues en cuestión de días o meses se pueden observar las consecuencias. ¿Alguna vez has pensado en alguna decisión que tomaste hace varios años y provocó que estés en el lugar que ocupas ahora? Algo así ocurre con las acciones socialmente responsables, ya que nos ayudan a llegar al bien común, donde las generaciones futuras no vivan las deficiencias que nosotros en el presente vivimos. 

Ser responsables de todas las acciones que realicemos es el primer paso. Aceptar que no debemos ser parte del problema y pensar desde un enfoque empático lo que las demás personas necesitan para cubrir sus necesidades básicas, lo que yo necesito, lo que tengo y lo que puedo aportar para que terceras personas también lo tengan. Partir desde los principios y valores personales nos ayudarán a llevarlos a lo empresarial y apoyar desde nuestras posiciones a quienes lo requieren. Fomentemos la subsidiariedad y la solidaridad con los que menos tienen y con las generaciones futuras. 

No intentes realizar todas las acciones posibles para apoyar a la sociedad. Delega y fomenta que todos participen para un bien colectivo, de lo contrario, el día en que dejemos este planeta, nadie podrá seguir nuestros pasos y lo que logremos, será poco a poco desplazado. Participa e impulsa liderazgos en tu comunidad y la responsabilidad social de tu propia empresa. Ser empresario implica ser líder, asume tu compromiso. 

Apoya en la estabilidad emocional de los que te acompañan en tu proyecto de vida. Recuerda que como Don Lorenzo Servitje decía: “Los colaboradores van a la empresa para ganarse la vida y dejan ahí su vida”. Evitemos un futuro con colaboradores que no tengan sentido de pertenencia, que no se sientan valorados y por ende no puedan ver con buenos ojos a tu empresa. Ocúpate en saber cómo piensan tus colaboradores, cuáles son sus aspiraciones. No sólo tú y los tuyos, promueve que todos vayan juntos tomados de la mano. 

Incentiva y fomenta el emprendimiento y extiende la mano a tus proveedores y distribuidores con menor tiempo en el mercado que tú, de esta manera impediremos que la economía no dependa de los mexicanos y el dinero pueda circular dentro de nuestro país para generar más y mejores empleos. Sé justo en tus acuerdos y cumple con tus compromisos. Trata a tus proveedores como colegas empresarios y como iguales. Trata a los demás como quieres que te traten a ti. 

Exige y participa en el cumplimiento de las leyes, de esta forma el gobierno sabrá que tiene observadores, pero también aliados para luchar por el bien común de la sociedad. Evitemos una comunidad desunida que tome decisiones que afecten a las partes. El evadir responsabilidades no te hace un buen empresario ni a ellos buenos funcionarios. Asumamos las consecuencias de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer. 

Tomar en cuenta a tus socios puede aportar gran valor a la empresa. No permitas que el egoísmo fracture relaciones como estas, ya que en un futuro puede traernos problemas más serios de lo que pensamos. Llega a acuerdos donde todos se apoyen y se desarrollen, pues tomados de la mano y juntos se logran mejores resultados. 

Identifica todos aquellos procesos que afecten al planeta, recuerda que estas pequeñas acciones pueden mejorar la vida y generar un valor agregado. Tu ejemplo innovador influye en las futuras generaciones. Piensa y responsabilízate de las consecuencias ambientales de lo que haces o dejas de hacer. Cambia antes de que tengas que hacerlo. 

Si te interesa conocer más sobre acciones basadas en los principios y valores que aportan al crecimiento de la sociedad desde las decisiones empresariales, visita https://coparmex.org.mx/category/7×7/ y comparte con tu comunidad el capítulo que más promuevas como empresario.

La RSE como medio para llegar al bien común

La sociedad es un conjunto de individuos. Todos juntos formamos una sociedad, es por ello que de nosotros, depende la situación en la que nos encontremos. Tal vez genere un poco de dificultad imaginar una comunidad donde todas las personas tengan lo que necesitan y lo que desean gracias al apoyo de terceros. Esto ocurre porque dentro de la individualidad, la falta de empatía y buscar a toda costa el bienestar propio, se vuelve una escuela que la misma sociedad te enseñan, lo que queremos decir es, la falta de valores como la empatía, hace que el ser humano se hunda por sí mismo.

México tiene una cultura inigualable, forjada ante las tradiciones y las costumbres que parten desde el núcleo familiar. Desde pequeños, nos enseñan a velar por los intereses individuales y los del grupo, nuestra familia. Sin embargo, con el paso de los años o me gustaría llamarlo, con el paso de las experiencias, vamos perdiendo la empatía que se nos ha inculcado. Incluso un saludo amistoso puede mejorar el día de alguien. Esos niños de antes algún día se convierten en adultos que educarán a futuros adultos, pero que en la actualidad, son los protagonistas de la situación de la sociedad.

Es importante satisfacer nuestras necesidades. Velar por nuestros intereses y buscar lo que nos haga feliz. Ser una persona plena y en armonía. Cuando estamos conectados con nosotros mismos, con lo que queremos y con lo que no, con lo que podemos permitir y lo que definitivamente no, nos volvemos conscientes del respeto hacia nuestra persona y que por ende, también debemos darlo hacia otros. La empatía, juega un rol muy importante, ya que pensar en la situación de la otra persona y como una decisión tuya, puede afectarle a terceros, es el comienzo de un acto solidario en el que no se ignora el ambiente donde vivimos, y que se encuentra en total consciencia que las elecciones diarias que realizamos, impactan a otras personas, olvidemos si el impacto es grande o pequeño, desde que existe una consecuencia, eres responsable de ella.

Piensa por un momento en una decisión personal que tomaste hoy mismo, ¿en qué pudo impactar esta acción a otra persona?, sí compraste un producto, generaste ingreso a una empresa que pagará un sueldo, sí elegiste caminar y no utilizar un medio de transporte, le diste a tu cuerpo un movimiento que favorece a tu salud cardiovascular, sí hoy decidiste platicar con una persona más tiempo, probablemente tú llegarás tarde o le hiciste el día por algún cumplido. ¿Ya pensaste en tu actividad qué hoy generó un impacto?, ahora multiplica todas esas decisiones por los millones de mexicanos que habitamos en este país. Las consecuencias de nuestras acciones siempre tendrán repercusión, sean positivas o negativas, por ello la importancia de trabajar en conjunto para buscar satisfacer las necesidades de todos y a mayor medida los deseos.

El trabajo en equipo nunca ha sido fácil, sobre todo cuando debes hacerlo con personas que no conoces, pero eso se puede remediar, lo que en ocasiones no tiene arreglo, es el egoísmo que suele invadirnos con los cuestionamientos ¿y por qué yo no, y él sí?, ¿y por qué yo, sí alguien más puede hacerlo?, el temido ¿y por qué yo? Sí te has encontrado con alguna persona así o tú eres una de ellas, te contestamos. Tú porque eres un ciudadano que convive en esta sociedad, tú porque eres una persona que necesita de los demás tanto como ellos de ti, tú porque tienes las capacidades y alguien está confiando en ti para hacerlo, tú porque a diferencia de los que no quieren hacerlo, eres una buena persona, que fue inculcado bajo los valores familiares de buscar el bien común del grupo y en caso de no haber tenido esa filosofía, no te preocupes, también estamos para romper patrones. Apoyar a tu prójimo no es un acto de débiles, es un acto de valientes, porque aun sabiendo que probablemente no recibirás nada a cambio, decides dar lo mejor de ti.

Piensa en todas las acciones que has realizado y que se suman al bien común, ceder el asiento, controlar tus emociones, brindar tu apoyo, darle tu tiempo a alguien, recoger basura o esperar a casa para tirar la tuya, sonreírle a alguien, dar un detalle, generar empleos, cuidar de tu empleo, cuestionar sí los métodos, procesos o sistemas realmente funcionan o buscar una alternativa más oportuna. Todos y cada uno de esos detalles, hacen siempre la diferencia. Formemos una mejor sociedad ahora, para que en un futuro podamos darles a los nuevos adultos un ejemplo de cómo es posible trabajar con desconocidos para encontrar el bien común.