La RSE como medio para llegar al bien común

La sociedad es un conjunto de individuos. Todos juntos formamos una sociedad, es por ello que de nosotros, depende la situación en la que nos encontremos. Tal vez genere un poco de dificultad imaginar una comunidad donde todas las personas tengan lo que necesitan y lo que desean gracias al apoyo de terceros. Esto ocurre porque dentro de la individualidad, la falta de empatía y buscar a toda costa el bienestar propio, se vuelve una escuela que la misma sociedad te enseñan, lo que queremos decir es, la falta de valores como la empatía, hace que el ser humano se hunda por sí mismo.

México tiene una cultura inigualable, forjada ante las tradiciones y las costumbres que parten desde el núcleo familiar. Desde pequeños, nos enseñan a velar por los intereses individuales y los del grupo, nuestra familia. Sin embargo, con el paso de los años o me gustaría llamarlo, con el paso de las experiencias, vamos perdiendo la empatía que se nos ha inculcado. Incluso un saludo amistoso puede mejorar el día de alguien. Esos niños de antes algún día se convierten en adultos que educarán a futuros adultos, pero que en la actualidad, son los protagonistas de la situación de la sociedad.

Es importante satisfacer nuestras necesidades. Velar por nuestros intereses y buscar lo que nos haga feliz. Ser una persona plena y en armonía. Cuando estamos conectados con nosotros mismos, con lo que queremos y con lo que no, con lo que podemos permitir y lo que definitivamente no, nos volvemos conscientes del respeto hacia nuestra persona y que por ende, también debemos darlo hacia otros. La empatía, juega un rol muy importante, ya que pensar en la situación de la otra persona y como una decisión tuya, puede afectarle a terceros, es el comienzo de un acto solidario en el que no se ignora el ambiente donde vivimos, y que se encuentra en total consciencia que las elecciones diarias que realizamos, impactan a otras personas, olvidemos si el impacto es grande o pequeño, desde que existe una consecuencia, eres responsable de ella.

Piensa por un momento en una decisión personal que tomaste hoy mismo, ¿en qué pudo impactar esta acción a otra persona?, sí compraste un producto, generaste ingreso a una empresa que pagará un sueldo, sí elegiste caminar y no utilizar un medio de transporte, le diste a tu cuerpo un movimiento que favorece a tu salud cardiovascular, sí hoy decidiste platicar con una persona más tiempo, probablemente tú llegarás tarde o le hiciste el día por algún cumplido. ¿Ya pensaste en tu actividad qué hoy generó un impacto?, ahora multiplica todas esas decisiones por los millones de mexicanos que habitamos en este país. Las consecuencias de nuestras acciones siempre tendrán repercusión, sean positivas o negativas, por ello la importancia de trabajar en conjunto para buscar satisfacer las necesidades de todos y a mayor medida los deseos.

El trabajo en equipo nunca ha sido fácil, sobre todo cuando debes hacerlo con personas que no conoces, pero eso se puede remediar, lo que en ocasiones no tiene arreglo, es el egoísmo que suele invadirnos con los cuestionamientos ¿y por qué yo no, y él sí?, ¿y por qué yo, sí alguien más puede hacerlo?, el temido ¿y por qué yo? Sí te has encontrado con alguna persona así o tú eres una de ellas, te contestamos. Tú porque eres un ciudadano que convive en esta sociedad, tú porque eres una persona que necesita de los demás tanto como ellos de ti, tú porque tienes las capacidades y alguien está confiando en ti para hacerlo, tú porque a diferencia de los que no quieren hacerlo, eres una buena persona, que fue inculcado bajo los valores familiares de buscar el bien común del grupo y en caso de no haber tenido esa filosofía, no te preocupes, también estamos para romper patrones. Apoyar a tu prójimo no es un acto de débiles, es un acto de valientes, porque aun sabiendo que probablemente no recibirás nada a cambio, decides dar lo mejor de ti.

Piensa en todas las acciones que has realizado y que se suman al bien común, ceder el asiento, controlar tus emociones, brindar tu apoyo, darle tu tiempo a alguien, recoger basura o esperar a casa para tirar la tuya, sonreírle a alguien, dar un detalle, generar empleos, cuidar de tu empleo, cuestionar sí los métodos, procesos o sistemas realmente funcionan o buscar una alternativa más oportuna. Todos y cada uno de esos detalles, hacen siempre la diferencia. Formemos una mejor sociedad ahora, para que en un futuro podamos darles a los nuevos adultos un ejemplo de cómo es posible trabajar con desconocidos para encontrar el bien común.