Una apuesta al futuro. ¿Qué consecuencias podríamos evitar con acciones responsables como organización e individuos?

El desarrollo de una sociedad depende de las acciones que los ciudadanos realizan día con día; sin embargo, no todos los actos que llevamos a cabo generan un impacto inmediato, pues en cuestión de días o meses se pueden observar las consecuencias. ¿Alguna vez has pensado en alguna decisión que tomaste hace varios años y provocó que estés en el lugar que ocupas ahora? Algo así ocurre con las acciones socialmente responsables, ya que nos ayudan a llegar al bien común, donde las generaciones futuras no vivan las deficiencias que nosotros en el presente vivimos. 

Ser responsables de todas las acciones que realicemos es el primer paso. Aceptar que no debemos ser parte del problema y pensar desde un enfoque empático lo que las demás personas necesitan para cubrir sus necesidades básicas, lo que yo necesito, lo que tengo y lo que puedo aportar para que terceras personas también lo tengan. Partir desde los principios y valores personales nos ayudarán a llevarlos a lo empresarial y apoyar desde nuestras posiciones a quienes lo requieren. Fomentemos la subsidiariedad y la solidaridad con los que menos tienen y con las generaciones futuras. 

No intentes realizar todas las acciones posibles para apoyar a la sociedad. Delega y fomenta que todos participen para un bien colectivo, de lo contrario, el día en que dejemos este planeta, nadie podrá seguir nuestros pasos y lo que logremos, será poco a poco desplazado. Participa e impulsa liderazgos en tu comunidad y la responsabilidad social de tu propia empresa. Ser empresario implica ser líder, asume tu compromiso. 

Apoya en la estabilidad emocional de los que te acompañan en tu proyecto de vida. Recuerda que como Don Lorenzo Servitje decía: “Los colaboradores van a la empresa para ganarse la vida y dejan ahí su vida”. Evitemos un futuro con colaboradores que no tengan sentido de pertenencia, que no se sientan valorados y por ende no puedan ver con buenos ojos a tu empresa. Ocúpate en saber cómo piensan tus colaboradores, cuáles son sus aspiraciones. No sólo tú y los tuyos, promueve que todos vayan juntos tomados de la mano. 

Incentiva y fomenta el emprendimiento y extiende la mano a tus proveedores y distribuidores con menor tiempo en el mercado que tú, de esta manera impediremos que la economía no dependa de los mexicanos y el dinero pueda circular dentro de nuestro país para generar más y mejores empleos. Sé justo en tus acuerdos y cumple con tus compromisos. Trata a tus proveedores como colegas empresarios y como iguales. Trata a los demás como quieres que te traten a ti. 

Exige y participa en el cumplimiento de las leyes, de esta forma el gobierno sabrá que tiene observadores, pero también aliados para luchar por el bien común de la sociedad. Evitemos una comunidad desunida que tome decisiones que afecten a las partes. El evadir responsabilidades no te hace un buen empresario ni a ellos buenos funcionarios. Asumamos las consecuencias de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer. 

Tomar en cuenta a tus socios puede aportar gran valor a la empresa. No permitas que el egoísmo fracture relaciones como estas, ya que en un futuro puede traernos problemas más serios de lo que pensamos. Llega a acuerdos donde todos se apoyen y se desarrollen, pues tomados de la mano y juntos se logran mejores resultados. 

Identifica todos aquellos procesos que afecten al planeta, recuerda que estas pequeñas acciones pueden mejorar la vida y generar un valor agregado. Tu ejemplo innovador influye en las futuras generaciones. Piensa y responsabilízate de las consecuencias ambientales de lo que haces o dejas de hacer. Cambia antes de que tengas que hacerlo. 

Si te interesa conocer más sobre acciones basadas en los principios y valores que aportan al crecimiento de la sociedad desde las decisiones empresariales, visita https://coparmex.org.mx/category/7×7/ y comparte con tu comunidad el capítulo que más promuevas como empresario.