El valor de la participación ciudadana con ética

México es una nación rica en costumbres, tradiciones, culturas, ideologías y formas de ver el mundo, y cada una de ellas nutre la pluralidad que conforma a nuestra sociedad.

Aunque muchas personas ven en la diferencia un obstáculo para el progreso, es justo ahí donde encontramos una ventana de oportunidad para que los diferentes sectores que conforman a la población puedan involucrarse en diversos temas a través de la participación ciudadana.

¿Por qué actualmente este término se ha vuelto parte fundamental de acontecer diario del país, así como del discurso político?

Y es que hoy día la democracia no podría entenderse sin este concepto, el cual evoca la necesidad de que toda la sociedad pueda inmiscuirse de forma proactiva y reactiva en los diferentes temes y acontecimientos que conciernen y afectan a todos.

Participación ciudadana ética y cívica

La democracia actual ya no puede entenderse únicamente como la acción de votar en tiempos electorales, el contexto actual requiere y exige una que este sistema de gobierno sea representativo y participativo.

La sociedad ya no puede quedarse cruzada de brazos esperando que las autoridades propongan y realicen las soluciones que el necesitan los problemas de México, sino que ha llegado el momento de apelar a la participación ciudadana ética y cívica.

En primer lugar, se requiere que los ciudadanos tengamos un panorama más amplio de las cosas que suceden en el país, esto mediante la búsqueda de varias fuentes informativas que nos ayuden a tener una visión más completa del contexto político, económico y social.

Una vez conociendo cuáles son los problemas que enfrentamos, es necesario que la participación ciudadana pueda realizarse mediante la organización colectiva y la elaboración de propuestas inclusivas y que se circunscriban dentro del Estado de Derecho, apelando siempre al bien común.

De lo particular a lo general

Algo que también es muy cierto es que la organización no es sencilla, la pluralidad de ideas y perspectivas tiende a generar el choque de ideologías, sin embargo, esto es necesario para llegar a la cohesión.

La clave para que la participación ciudadana pueda llegar a su cometido, es olvidar los intereses particulares y pensar en el bien de todos, de este modo, el acuerdo colectivo se nutrirá de todas las perspectivas sin perder de vista el fin único.

Si las personas comienzan a organizarse para resolver los problemas, en primer lugar, de su entorno más cercano, poco a poco se podrá ir generando sinergia que contagie a más ciudadanos, logrando que los cambios necesarios comiencen en y por nosotros.

Llegó el momento de dejar a un lado la indiferencia y permitir que otros decidan por nosotros, mediante el involucramiento informado y la propuesta de acciones que apelen a el bienestar general de la población, la sociedad cada día tendrá una mayor injerencia dentro de las políticas que rigen al país.

“La unión hace la fuerza”, y sí todos nos deshacemos del egoísmo y comenzamos a pensar en el bienestar de todos, el México que queremos y necesitamos llegará poco a poco.

Permitamos que la participación ciudadana sea una filosofía que cada día contagie a más personas y esta sea la que genere los cambios positivos que el país y sus habitantes merecen.

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